Hace mucho tiempo, existiĂł un pueblito pequeño de nombre Tristonia, cuyos habitantes eran muy pobres, tan pobres, que apenas tenĂan para comer o para vestir. Sin embargo, a pesar de la pobreza, eran personas muy bondadosas, que compartĂan todo cuanto tuviesen, incluso la tristeza.
En efecto, las personas de aquel pueblito siempre andaban tristes y esperaban con impaciencia la llegada del nuevo año, pues durante esa fecha, el hada de los pobres aparecĂa justo a las doce de la noche, para conceder un deseo a la persona que tuviese el corazĂłn más bondadoso de todos.
En aquel pueblito, vivĂa una dulce muchacha llamada Luisa, que se levantaba cada mañana bien temprano a trabajar la tierra para poder obtener comida, y brindarla a los más pobres de Tristonia. Las tierras de Luisa no eran buenas, y la pobre campesina debĂa trabajar dĂa y noche para lograr abundante comida.
Cuando terminaba la Ă©poca de cosecha, repartĂa lo obtenido entre todos y a partes iguales, y solo se quedaba para ella una porciĂłn muy pequeña de los alimentos. Su alma era tan generosa, que se compadecĂa de todos los seres de Tristonia, y sufrĂa por todos los niños que se iban a la cama sin probar bocado alguno.
Finalmente, llegĂł el Ăşltimo dĂa del año, y todos esperaban impacientes la apariciĂłn del hada mágica para que concediera un deseo. Cuando todos comenzaban a impacientarse, se abriĂł una luz en el cielo, y descendiendo hizo su entrada la noble figura del hada. Tras mirar a todos los ciudadanos, decidiĂł que el deseo serĂa para la buena de Luisa, y ¿Saben lo que Luisa pidiĂł?
Pues más tierras para cultivar, y asà dar de comer a todos los niños de la ciudad. Las persona aplaudieron emocionadas, y Luisa pudo ver su deseo hecho realidad.
En efecto, las personas de aquel pueblito siempre andaban tristes y esperaban con impaciencia la llegada del nuevo año, pues durante esa fecha, el hada de los pobres aparecĂa justo a las doce de la noche, para conceder un deseo a la persona que tuviese el corazĂłn más bondadoso de todos.
En aquel pueblito, vivĂa una dulce muchacha llamada Luisa, que se levantaba cada mañana bien temprano a trabajar la tierra para poder obtener comida, y brindarla a los más pobres de Tristonia. Las tierras de Luisa no eran buenas, y la pobre campesina debĂa trabajar dĂa y noche para lograr abundante comida.
Cuando terminaba la Ă©poca de cosecha, repartĂa lo obtenido entre todos y a partes iguales, y solo se quedaba para ella una porciĂłn muy pequeña de los alimentos. Su alma era tan generosa, que se compadecĂa de todos los seres de Tristonia, y sufrĂa por todos los niños que se iban a la cama sin probar bocado alguno.
Finalmente, llegĂł el Ăşltimo dĂa del año, y todos esperaban impacientes la apariciĂłn del hada mágica para que concediera un deseo. Cuando todos comenzaban a impacientarse, se abriĂł una luz en el cielo, y descendiendo hizo su entrada la noble figura del hada. Tras mirar a todos los ciudadanos, decidiĂł que el deseo serĂa para la buena de Luisa, y ¿Saben lo que Luisa pidiĂł?
Pues más tierras para cultivar, y asà dar de comer a todos los niños de la ciudad. Las persona aplaudieron emocionadas, y Luisa pudo ver su deseo hecho realidad.
0 Comentarios